Cuando decidimos instalar un clorador salino en nuestra piscina, principalmente nos preocupamos por ver cual es modelo que más nos interesa en base a las características de nuestra piscina, la confianza que nos ofrezca el fabricante, recomendaciones o referencias previas que podamos tener…
Pero una vez que ya hemos tomado la decisión, en muchos casos, no nos preocupamos por ver cual es el tipo de sal que más nos puede interesar utilizar, y con el paso del tiempo, este aspecto puede llegar a ser muy relevante.
Nos consta que en muchas ocasiones, cuando un usuario acaba de instalar un clorador salino, suele preguntarle al instalador si debe usar algún tipo de sal especial o si vale cualquiera…, es aquí dónde un asesoramiento profesional toma especial importancia.
Teniendo en cuenta el principio de funcionamiento de los equipos de cloración salina, podríamos decir que nos vale casi cualquier tipo de sal para que el clorador funcione, pero los efectos sobre el agua y sobre el propio equipo serán diferentes en función de la sal utilizada.
Un aspecto importante es que cuanto más tratada, más limpia esté la sal, más limpia estará también el agua de la piscina y por tanto menos sufriran los equipos de la piscina.
Cuando la sal se disuelve en el agua y se realiza el proceso de electrólisis en el clorador salino, la suciedad y sedimentos orgánicos que pudiera tener la sal se suelen depositar en el fondo de la piscina, lo que, como decíamos, afectará a lo limpia y cristalina que está el agua.
Esto también viene relacionado con la pureza de la sal; a mayor pureza, mayor limpieza y mayor longevidad de las células electrolíticas del clorador y menor mantenimiento de la piscina.
Habitualmente, la pureza de la sal y un mayor o menor tratamiento y limpieza de la misma, repercuten directamente en el precio. Pero también es cierto, que teniendo en cuenta las diferencias de calidad, muchas veces, por la diferencia de precio, merece la pena utilizar una sal mejor.
No debemos olvidar que no es habitual tener que volver a echar en la piscina la misma cantidad de sal que hemos utilizado al principio, sino que la sal a utilizar vendrá determinada por la cantidad de agua que se haya podido evaporar (con la consiguiente aportación de agua nueva, sin sal) y por otro aspecto cada vez más relevante, que es la concentración de sal necesaria en función de las características del clorador salino.
En este apartado se están produciendo muchas mejoras, logrando que los equipos cada vez necesiten una menor concentración de sal en el agua para un funcionamiento óptimo, con el ahorro que esto conlleva.
Por ello nuestra recomendación es que siempre que sea posible, utilicemos sal de la mayor calidad a nuestro alcance, lo que repercutirá en una mayor limpieza del agua y una mayor longevidad de los equipos.
Actualmente nos podemos encontrar con diversos tipos de sal para piscina. Los más habituales son:
- Sal marina. La alternativa más básica, con un precio más ajustado. Es la sal más utilizada, por defecto, sobre todo en un primer uso.
- Sal vacuum. Sal fina deshidratada con una mayor facilidad de disolución. La modemos encontrar en diferentes formatos (estándar, pastillas, píldoras…) para una más fácil aplicación.
- Sal Epsom. Sales extraídas directamente de aguas con una muy elevada concentración de la misma. Su uso es más habitual en flotariums, zonas spa, etc…
- Pastillas multifunción. No es únicamente sal sino que suelen combinar diferentes productos que nos ayudan en el mantenimiento diario de la piscina. Están especialmente recomendadas para su uso en piscinas con un uso intensivo todo el año, ya sean de uso privado o público.
Ya existen tiendas especializadas en la venta de sal para para piscinas como www.salpiscinas.es dónde poder elegir la sal que más te interese, y recibirla directamente en tu domicilio.
Ahora está en tu mano elegir la sal más adecuada para tu piscina y tu clorador salino. Suerte.