Empieza la temporada de baño, y te queremos orientar para hacer la mejor puesta a punta de una piscina con cloración salina.
Antes de empezar, debemos revisar que todos los elementos de la piscina funcionen correctamente.
Una vez que hemos comprobado que todo funciona bien en la piscina, es hora de seguir los siguientes pasos:
LIMPIAR LA PISCINA
Es recomendable pasar el limpiafondos y recoger la suciedad que pueda estar en suspensión, en el agua. Debemos limpiar la piscina de polvo, hojas y otros posibles residuos que estén sobre la superficie. También limpiar el fondo y las paredes del vaso de la piscina.
REVISAR Y LIMPIAR EL SISTEMA DE FILTRACIÓN
Debemos comprobar que tanto la depuradora como el filtro de la piscina están completamente limpios y funcionan correctamente. Es aconsejable realizar un lavado del filtro, y también revisar el estado del medio filtrante de su interior.
REVISAR PARÁMETROS IMPORTANTES DEL AGUA DE LA PISCINA
Queremos que el agua de nuestra piscina esté en perfectas condiciones. Para ello, es fundamental que ciertos parámetros sean adecuados. Por tanto, es importante revisar sus valores y actuar, si es necesario, para que sean los correctos.
Estos son algunos de los parámetros más importantes del agua de la piscina:
pH
El pH es un parámetro que nos indica la acidez del agua. Dependiendo de las características, uso y ubicación de la piscina, se recomienda que los niveles del pH del agua de la piscina oscilen entre 7,2 y 7,6. Si los niveles estuvieran por encima (agua básica) o por debajo (agua ácida), será necesario el uso de niveladores. Esto quiere decir, productos para bajar o subir el nivel de ph respectivamente. Un nivel equilibrado del pH es fundamental para una correcta desinfección del agua.
DUREZA DEL AGUA
Cuanto mayor es la concentración de minerales en el agua, mayor es su dureza. En función de la concentración de carbonato cálcico en el agua, hablamos de aguas blandas y aguas duras. La concentración de carbonato cálcico en aguas blandas oscila entre 15 y 75 mg/l aproximadamente. En las aguas duras, pude ser desde 75 mg/l (aguas duras intermedias) hasta más de 300 mg/l (aguas muy duras). Si la dureza del agua no es la adecuada, será necesario el uso de un aumentador o reductor de dureza.
ALCALINIDAD
La alcalinidad nos muestra la concentración de sales alcalinas (calcio, magnesio) presentes en el agua. El desequilibrio en la alcalinidad genera también cambios repentinos en el nivel del pH, lo cual no es beneficioso. Los niveles óptimos de alcalinidad en una piscina oscilan entre los 100 y los 150 ppm (partes por millón).
CLORO RESIDUAL
Habitualmente, el cloro residual es el culpable de los típicos picores de ojos, irritaciones en la piel, en las mucosas… Por ello es tan relevante el conseguir eliminarlo del agua de la piscina.
CONCENTRACIÓN DE SAL
Dada la evaporación de agua, con el paso del tiempo y la aportación de agua nueva, la concentración de sal en el agua de la piscina va bajando. Por ello, es necesario revisar dicho nivel para ver si es necesaria una nueva aportación de sal. Lógicamente, necesitamos conocer las necesidades del clorador salino. Cada modelo de clorador salino funciona con unas necesidades de concentración de sal en el agua específicas.
LIMPIAR LA CÉLULA ELECTROLÍTICA DEL CLORADOR
Con el uso, y dependiendo de las características del agua de la piscina, es posible que la célula electrolítica se vaya ensuciando. Puede darse, por ejemplo, una acumulación de cal. Por ello, es importante el revisar su estado, y si es necesario, limpiarla.
Aquí te dejamos unas recomendaciones para realizar correctamente la limpieza de la célula de un clorador salino.